Fragmentos extraídos del libro CONSTRUYENDO LAS PIRÁMIDES. UNA TEORÍA SOBRE EL TRANSPORTE DE GRANDES BLOQUES DE PIEDRA EN EL ANTIGUO EGIPTO .
Las reliquias de Dixon
Figura 1. Dos de las tres «reliquias de Dixon». En la imagen falta la tercera, el pequeño fragmento de una vara de cedro y que desapareció misteriosamente. Tras muchos años perdida, Abeer Eladany, asistente del Museo de la Universidad de Aberdeen, la encontró en los fondos del museo. [Imagen: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:The_Dixon_Relics_(45853449385).jpg].
En 1872, el ingeniero civil y explorador Waynman Dixon descubrió unos conductos en las paredes norte y sur de la Cámara de la Reina. Estaban dispuestos a 2.9 m y 2.88 m de distancia de la pared este de la cámara (1), respectivamente, y a 171.7 cm de altura (Figura 2). La sección de cada conducto era de 21cm de ancho por 21 cm de alto. Estos conductos, originalmente, no eran visibles al estar cubiertos por las losas que cubrían las paredes. Fue Dixon quien los buscó y abrió al sospechar que en esta cámara podían existir unos conductos análogos a los que había en la Cámara del Rey. El conducto norte, en su inicio, tiene un recorrido horizontal de unos dos metros; el recorrido horizontal en el caso del conducto sur es de 2.07 m. Después, los conductos giran hacia arriba. La nueva trayectoria del conducto norte respecto al tramo horizontal forma un ángulo de 37º 28´. En el caso del conducto sur el ángulo es de 38º 28´. Dixon y su socio James Grant inspeccionaron el interior de estos conductos. En el interior del conducto sur descubrieron un pequeño gancho de bronce, y en el interior del conducto norte una bola de granito y un trozo de vara de madera, que parecía de cedro. Desde la época del faraón Khufu nadie había tocado esos objetos. Bill Grundy, el trabajador a las órdenes de Dixon que abrió los orificios en la pared los describió como «un pequeño arpeo de bronce; una porción de madera similar al cedro, que podría haber sido su mango; y una bola de granito gris, o piedra verde». En la figura 1 pueden verse la bola y el arpeo, y, en la figura 3, la representación de las tres reliquias de Dixon que se incluyó en el artículo de Chisholm (2), en la revista Nature, 1872, en la que describía el hallazgo. Los restos de la vara de cedro permanecieron desaparecidos durante decenios hasta que, a finales de 2019, Abeer Eladany, asistente del Museo de la Universidad de Aberdeen, los encontró partidos en el interior de una pequeña caja metálica de tabaco durante el inventario que estaba realizando de los fondos que forman parte de la colección asiática del museo (https://www.bbc.com/news/uk-scotland-north-east-orkney-shetland-55315623).
Figura 2. Vista axonométrica de la Cámara de la Reina. En la imagen pueden verse la disposición de los "conductos de ventilación" y la trayectoria que siguen en el interior de la pirámide. Imagen: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Chambre-reine-kheops.jpg ; el autor de la imagen es el ingeniero Franck Monnier, especialista en construcciones y arquitectura del Antiguo Egipto.
La pieza de metal mide 4.572 cm de altura y 5.08 cm desde la punta de un gancho hasta la punta del otro. Las dimensiones de la vara de cedro eran 12.7 cm, y tenía una sección de 1.27 cm por 1.016 cm. La bola de granito gris es casi esférica y tiene un diámetro medio de 6.985 cm; su mayor diámetro mide 7.315 cm, y el menor 6.731cm. Su superficie es desigual y no muestra marcas de ninguna herramienta. Su peso es de 539.282 gr (2).Existen diversas teorías sobre la función de estas reliquias y de cómo pudieron acabar dentro de los conductos. El célebre astrónomo e investigador del siglo XIX Charles Piazzi Smith pensaba que eran simples herramientas arrojadas al interior de los conductos por los trabajadores que construyeron las pirámides. Arbuthnot (2) hace referencia a la antigua unidad de peso mina que correspondía a una masa de 532.683 gr, que no difiere mucho de la masa de la bola, pero en el propio artículo se muestra cómo otros autores estaban en desacuerdo con ese dato. Según estos autores discordes la antigua medida de peso más cercana al de la bola es la mina babilonia, 544.5 gr. Lehner y Hawass (1) reconocen en esta bola una de las bolas de dolerita utilizadas para golpear, tan numerosas alrededor de Guiza y en antiguas canteras egipcias. Menciona Lehner que «las bolas de dolerita también se han encontrado debajo de pesados sarcófagos en tumbas de Guiza, donde trabajadores las usaban como rodamientos para maniobrar las pesadas arcas en los estrechos límites de las cámaras subterráneas». Asimismo, comenta que han comparado el gancho con el palo a un pesheskaf, antigua herramienta utilizada en la ceremonia funeraria de la apertura de la boca de las momias.
Figura 3. En la imagen adjunta se puede contemplar los dibujos de las tres reliquias de Dixon representados en el artículo Recent discoveries in the Great Pyramid ofEgypt—Ancient Egypt weight, que Chisholm publicó en la revista Nature, en diciembre de 1872. El artículo está disponible en la siguiente dirección web: https://www.nature.com/articles/007146b0.pdf .
Nosotros estamos convencidos que la finalidad de la bola encontrada en el conducto de la Cámara de la Reina, utilizada con otras similares, es la apuntada por Lehner de servir como rodamiento para desplazar grandes losas.
Durante una excavación en una de las mastabas anexas a la Gran Pirámide, Junker (3) descubrió una cámara con un sarcófago. Junto al sarcófago había unas pequeñas bolas de piedra de 6 cm de diámetro. Pudo comprobar la eficacia y utilidad de las bolas para desplazar grandes bloques de piedra cuando, con gran facilidad y a voluntad, movió el pesado sarcófago de piedra colocando debajo de él las pequeñas bolas de dolerita que encontró a su lado. Junker describe así el hallazgo:
«Casi en medio de la habitación, algo desplazado hacia el noroeste, había un sarcófago poderoso y sobrio elaborado con granito de Asuán, de 2.38 m de longitud, 1.03 m de ancho, y 0.94 de altura (por fuera), con un espesor de pared de 0.23 m en los lados longitudinales y 0.24 m en los lados cortos, y 0.59 m de profundidad por el interior; su peso es de 4,2 t. También encontramos en el suelo algunas bolas de piedra de dolerita de 0,06 m de diámetro, sobre las que podría haberse hecho rodar el sarcófago hasta su sitio. Como hemos comprobado, fue fácil mover a voluntad la pesada carga [el sarcófago] sobre ellas [las bolas], y los ladrones pudieron valerse de estas bolas del mismo modo» (3).
Creemos que, si se admite el hecho de que las bolas de piedra fueron utilizadas como rodamientos para mover pesados bloques, esto podría llevarnos a aceptar que también pudieron ser utilizadas como rodamientos en un sistema controlado de transporte de grandes bloques de piedra como el que proponemos, el STBP. Hasta hoy, el verdadero problema era que nadie conocía un sistema que, utilizando las bolas de piedra, permitiera controlar a voluntad el movimiento de los bloques.
Respecto a la pequeña vara y al gancho de cobre, consideramos que inicialmente eran parte de un arpeo hasta que se le descubrió un nuevo uso («Arpeo: Instrumento de hierro con unos garfios, que sirve para rastrear, o para aferrarse dos embarcaciones», definición de la RAE). Es sabido que los antiguos egipcios eran expertos navegantes y, como es lógico, utilizaban las herramientas que tenían a mano. Para resolver un determinado problema vieron que el arpeo era idóneo. Probablemente, algún día, alguien pudo querer alcanzar una bola atrapada en un lugar poco accesible, como podía ser debajo de un gran bloque de piedra. El bloque de piedra se levantaría ligeramente haciendo uso de palancas mientras que otra persona utilizaría la herramienta de Dixon para alcanzar y sacar la bola. El empleo de esta herramienta eliminaba el gran peligro que suponía realizar esta operación metiendo un brazo debajo del bloque.
Tal y como se muestra en la figura 4, la labor de empujar o colocar las bolas cuando estamos arrastrando un GBP sobre bolas de piedra también puede realizarse con esta herramienta, en lugar de hacerlo con palos cortos, como hicimos en nuestras pruebas. El uso que hacíamos de los palos nos permitía evitar que las bolas se juntasen o separasen en exceso debajo del bloque. La posibilidad de la herramienta de Dixon de alcanzar y sacar las bolas de piedra que están debajo de un bloque permite realizar adecuadamente la maniobra necesaria para colocarlo en un determinado lugar.
Figura 16. Posible uso de la herramienta de Dixon. Creemos que el gancho, ensamblado a una vara podía servir para arrastrar las bolas de piedra (a) mientras se utilizaban en el STBP, o para alcanzar bolas de piedra que estuvieran debajo de un bloque. El arpeo también permite empujar las bolas para desplazarlas (b) y posicionarlas convenientemente mientras se utiliza el STBP. (Dibujo: Carlos Brú)
Es el momento para levantar un poco el bloque, haciendo palanca desde la parte trasera, y sacar las bolas que hay debajo utilizando el arpeo de Dixon. El gancho del arpeo tendrá la medida adecuada para poder enganchar y arrastrar las bolas. Cuando las bolas se han retirado de debajo del bloque, retiramos las palancas que lo elevaban. El bloque caerá sobre el yeso e, inmediatamente, se procederá a desplazarlo, haciendo uso de palancas (figura 4.f) hasta llevarlo a su colocación definitiva (figura 6.g). Hay que moverlo deprisa para no dar tiempo a que el peso del bloque provoque la expulsión del yeso y ya sea mucho más difícil moverlo. Utilizando el armazón de cuatro maderos y el STBP el bloque sí que puede hacerse caer sobre la lechada deyeso, porque el armazón puede ser retirado mientras el bloque sigue descansando sobre las bolas. El uso combinado de las palancas y el arpeo de Dixon se muestra en la figura 7. Una vez levantado el bloque, se procede a la extracción de las bolas de piedra haciendo uso del arpeo.
Podría parecer que bolas de piedra de un tamaño como el que encontró Dixon (con un diámetro medio de 6.985 cm) demasiado pequeñas para mover grandes bloques de piedra, pero recordemos que con bolas de 6 cm que Junker encontró pudo mover un sarcófagode 4.2 toneladas. Bolas de un tamaño similar a la encontrada por Dixon permitirían, sobradamente, desplazar bloques de piedra del tamaño medio (con una masa de 2.5 t) de los bloques empleados en la construcción de la pirámide.
Para comprobar la efectividad del arpeo de Dixon y su adecuación a distintas labores construimos la herramienta que puede verse en la figura 8. La construimos fijando a un palo de 2.7 cm de ancho, y 90 cm de largo, dos piezas planas de metal que curvamos para darle la forma de gancho adecuada. La longitud del gancho, medida desde su extremo hasta el mango de madera era de 9.8 cm. Construimos la herramienta con estas medidas para que se adecuara al tamaño de las bolas de granito que utilizamos en nuestras pruebas, las bolas de granito tenían un diámetro de 10.5 cm.
Figura 8. Nuestra reliquia de Dixon. En la fotografía adjunta puede verse la herramienta que construimos a semejanza de la reliquia de Dixon. El arpeo de Dixon era más pequeño, pero tengamos en cuenta que las bolas que utilizamos en nuestras pruebas experimentales tenían un diámetro de 10.5 cm. La bola encontrada por Dixon en el interior del conducto tenía un diámetro medio de 6.985 cm. (Fotografías: Carlos Brú).
A tenor de los resultados positivos de nuestras pruebas, nos atrevemos a afirmar que las llamadas reliquias de Dixon no son más que los restos de una herramienta que era empleada para controlar el movimiento de las bolas o para sacar las bolas de debajo de los bloques, cuando fuera necesario. Compartimos la opinión de Charles Piazzi Smith de que eran simples herramientas arrojadas al interior de los conductos por los trabajadores que construyeron las pirámides.
Es muy importante señalar que, en el artículo de 1872 de la revista Nature, Chisholm narra que, cuando la bola fue encontrada, sobre su superficie había varias manchas blancas de cal o yeso. Las bolas pudieron haberse manchado al ser extraídas de debajo del bloque de piedra y rodar sobre la lechada sobre la que debía caer el bloque, tal y como proponemos.