Construyendo las pirámides
 

Fragmentos extraídos del libro  CONSTRUYENDO LAS PIRÁMIDES. UNA TEORÍA SOBRE EL TRANSPORTE DE GRANDES BLOQUES DE PIEDRA EN EL ANTIGUO EGIPTO .
En el libro podrán encontrar muchos otros datos, imágenes y argumentos, en los que nos basamos para fundamentar el Sistema de Transporte sobre Bolas de Piedra.

Colocación de un Gran Bloque de Piedra contra una pared


Uno de los grandes problemas al emplear trineos para transportar GBP de piedra, de decenas o cientos de toneladas, es cómo montar el bloque sobre el trineo o cómo quitar el trineo de debajo del bloque para colocar este en su posición definitiva. Con el armazón de cuatro maderos este problema puede solucionarse con relativa facilidad. A continuación, expondremos el método que proponemos para colocar bloques en su ubicación definitiva, pero antes explicaremos, y con ello resolveremos un misterio, el uso de una herramienta cuya utilización es fundamental en esta maniobra.

De acuerdo con suposiciones establecidas por Clarke y Engelbach (1), consideran que el yeso era utilizado de manera diferente a como lo hacemos hoy en día. El yeso ha aparecido debajo de grandes bloques de piedra, pero dado su escaso poder cohesivo no tiene papel alguno en la adhesión de un bloque con otro. Se supone que fue utilizado echando una gran lechada viscosa en el suelo, para posicionar con precisión un bloque en su lugar adecuado: el bloque estaría «flotando» sobre la lechada y podría moverse con cierta facilidad mientras el peso del bloque no provocara la rápida expulsión de la lechada.
Este método de ajuste de la colocación de los bloques presenta un gran inconveniente. Si la lechada fuera vertida delante del bloque, este no podría ser movido con facilidad porque, de momento, el efecto lubricante de la lechada de yeso no sería efectivo porque no estaría debajo del bloque, sino delante. Al ser arrastrado el bloque desplazaría la lechada en su avance, «barriéndola» del suelo y, por lo tanto, no podría «montarse» en ella. El problema del empleo de yeso para facilitar la colocación del bloque de piedra es que para que este pueda ser movido con facilidad, para ajustar con precisión su colocación en la posición final, tiene que caer sobre la lechada. Entonces, ¿existe un método mediante el cual podamos dejar caer el bloque sobre la lechada de yeso para poder llevarlo a su posición final? Sí: utilizando el armazón de cuatro maderos y el sistema de transporte sobre bolas de piedra (STBP).
¿Cómo puede emplearse el STBP para colocar con precisión los GBP? Un bloque de piedra puede moverse sobre bolas para colocarlo en donde sea menester. En nuestras pruebas experimentales colocamos un bloque de granito de 618 kg contra una pared. Nos sorprendió mucho la facilidad con la que pudimos hacerlo y más teniendo en cuenta que lo hicimos sin poner yeso debajo del bloque.
S
i se emplea yeso para ajustar la colocación final del bloque de piedra, ¿cómo lograr que este caiga sobre el yeso? Podemos ver el proceso en la figura 1. Lo primero que habría que hacer es acercar el bloque, montado sobre las bolas de piedra y con el armazón de cuatro maderos acoplado a su base, hasta un punto cercano al de su colocación definitiva (figura 1.a); en la figura, el lugar de colocación en el suelo viene señalado por la flecha roja. En la zona del suelo donde el bloque va a ser depositado habremos vertido una buena cantidad de yeso, con consistencia más espesa que líquida. Quitaremos el armazón desatándolo del bloque y retirando los maderos y travesaños desde la parte de atrás. En ese momento, el bloque descansa sobre las bolas, figura 1.b. Ya no colocaremos bolas de piedra delante del bloque porque lo que queremos es que el bloque caiga al suelo, en un punto determinado. Lo empujaremos hacia delante. Algunas bolas, con el bloque encima, seguirán avanzando sobre el yeso sin dificultad (figura 1.c, y d). Cuando el centro de gravedad del bloque (indicado con una cruz blanca en las imágenes de la figura) supere la bola más adelantada, la parte delantera del bloque caerá al suelo, figura 1.e. 


Figura 1. Método para colocar un bloque de piedra contra una pared utilizando yeso como «lubricante». El bloque de piedra montado sobre las bolas se acerca a su colocación definitiva (a), se procede a retirar el armazón (b), se hace avanzar el bloque sobre las bolas de piedra (c). Cuando el centro de gravedad del bloque, indicado con la cruz blanca, sobrepasa la bola más adelantada (d), el bloque cabecea y cae al suelo, sobre el yeso (e). En ese momento, haciendo uso de palancas y del arpeo de Dixon, se sacan las bolas que quedan debajo del bloque. El bloque caerá sobre el yeso. Haciendo uso de las palancas (f), el bloque de piedra deslizará sobre el yeso hasta alcanzar su posición definitiva (g). (Dibujo: Carlos Brú).

Es el momento para levantar un poco el bloque, haciendo palanca desde la parte trasera, y sacar las bolas que hay debajo utilizando el arpeo de Dixon. El gancho del arpeo tendrá la medida adecuada para poder enganchar y arrastrar las bolas. Cuando las bolas se han retirado de debajo del bloque, retiramos las palancas que lo elevaban. El bloque caerá sobre el yeso e, inmediatamente, se procederá a desplazarlo, haciendo uso de palancas (figura 1.f) hasta llevarlo a su colocación definitiva (figura 1.g). Hay que moverlo deprisa para no dar tiempo a que el peso del bloque provoque la expulsión del yeso y ya sea mucho más difícil moverlo. Utilizando el armazón de cuatro maderos y el STBP el bloque sí que puede hacerse caer sobre la lechada de yeso, porque el armazón puede ser retirado mientras el bloque sigue descansando sobre las bolas. El uso combinado de las palancas y el arpeo de Dixon se muestra en la figura 2. Una vez levantado el bloque, se procede a la extracción de las bolas de piedra haciendo uso del arpeo.





Figura 2. Uso combinado de las palancas y del arpeo de Dixon. Levantando mínimamente el bloque, puede procederse a la extracción de las bolas, tirando de ellas, haciendo uso del arpeo de Dixon. (Dibujo: Carlos Brú).

 

Podría parecer que bolas de piedra de un tamaño como la que encontró Dixon (diámetro medio de 6.985 cm) son demasiado pequeñas para mover grandes  bloques de piedra, pero recordemos que con las bolas de 6 cm que Junker encontró pudo mover un sarcófago de 4.2 toneladas (ver el apartado Evidencias arqueólogicas que justifican el STBP: bolas de dolerita y calzadas flanqueadas por pequeños muros de piedra en  Sistema de Transporte sobre Bolas de Piedra). Bolas de un tamaño similar a la encontrada por Dixon permitirían, sobradamente, desplazar bloques de piedra del tamaño medio (con una masa de 2.5 t) de los bloques empleados en la construcción de la pirámide de Khufu.
Para comprobar la efectividad del arpeo de Dixon y su adecuación a distintas labores construimos la herramienta que puede verse en la figura 3. La construimos fijando a un palo de 2.7 cm de ancho, y 90 cm de largo, dos piezas planas de metal que curvamos para darle la forma de gancho adecuada. La longitud del gancho, medida desde su extremo hasta el mango de madera era de 9.8 cm. Construimos la herramienta con estas medidas para que se adecuara al tamaño de las bolas de granito que utilizamos en nuestras pruebas, las bolas de granito tenían un diámetro de 10.5 cm.

 

Figura 3. Nuestra «reliquia de Dixon». En la fotografía adjunta puede verse la herramienta que construimos, a semejanza de la reliquia de Dixon. El arpeo de Dixon era más pequeño, pero tengamos en cuenta que nuestras bolas de granito tienen un diámetro aproximado de 10,5 cm. La bola encontrada por Dixon tenía un diámetro medio de 6.985 cm. (Fotografía: Carlos Brú).


La palanca que utilizamos es la que se muestra en la figura 4. La importancia del diseño de esta palanca es que el fulcro forma parte de la estructura misma de la palanca. El punto de apoyo de la palanca está situado a 17 cm de su parte delantera, por lo que el brazo de resistencia mide 0.17 m y el de potencia 1.67 m. La ventaja mecánica de la palanca es 9.82. En el caso ideal de una persona de 70 kg que apoya su peso en el extremo del brazo de potencia, de forma que la fuerza se ejerza en la vertical, en el extremo del brazo de resistencia (el brazo corto de nuestra palanca) se podría levantar una masa de 687.4 kg. En nuestras pruebas, la investigadora Eneida García logró levantar, sin gran esfuerzo, un bloque de 618 kg la altura suficiente como para que se pudieran introducir debajo unos calzos de madera.

Figura 4. Palanca con fulcro. Esta palanca lleva el fulcro incorporado en el extremo: la cuña realiza la función de fulcro. El uso de esta palanca es muy eficiente, por la comodidad de su diseño y por su ventaja mecánica.(Fotografía: Carlos Brú).


La eficiencia del método descrito puede verse en el Vídeo 1.







Vídeo 1. Colocación de un bloque de 618 kg contra una pared.


En cuanto a la palanca con fulcro incorporado (figura 4), su diseño nos vino sugerido por las grandes vigas de madera con forma en diente de sierra que cargan sobre sus hombros los tres hombres que caminan junto a la estatua de Djehutihotep en la escena que muestra el transporte del Coloso (figura 5). La inscripción jeroglífica que hay sobre las cabezas describe la escena como  «Llevando troncos de transporte por los obreros (?)». Newberry (2) introduce en su texto una interrogación por no entender qué significa la expresión troncos de transporte. Ya es conocida su explicación de que estas grandes vigas de madera podrían ser utilizadas cuando hubiera que atravesar zonas embarradas de las zonas aluviales, disponiéndolas longitudinalmente sobre el suelo para pasar sobre ellas, o la sugerencia de Petrie de que el gran madero que cargan los tres hombres es una viga que se utilizaba para ser colocada con el lado irregular hacia abajo con el fin de fijarse al suelo y evitar que se deslizara cuando el Coloso pasara por encima. Aunque es una especulación creemos que lo que portan los obreros son muchos palos similares a los que hemos utilizado como palanca (figura 4), y el que el artista resolvió el problema de representar un gran número de palancas dibujándolas de esta peculiar manera. Newberry traduce, a partir del jeroglífico, la inscripción como «troncos de transporte», en plural, y no considera que sea una sola pieza dentada tal y como especula Petrie.

Figura 5. Representación del transporte del Coloso de Djehutihotep. Imagen de la Lámina XII (Plate XII) de la obra de Percy Newberry, El Bershe, part I. The tomb of Tehuti-Hetep by Percy E. Newberry with plan and measurements of the tomb by G. Willoughby Fraser, F.S.A., with thirty-four plates (27). Justo debajo del trineo puede verse a los hombres que portan vigas con forma dentada, los «troncos de transporte» a los que se refiere Newberry. En la dirección web  https://digi.ub.uni-heidelberg.de/diglit/newberry1895bd1/0063/scroll puede verse el dibujo realizado por Howard Carter y que aparece en el libro citado de Newberry.


 Estas palancas podrían ser empleadas para ayudar a iniciar el movimiento de arrastre y vencer la resistencia ejercida por la fuerza estática de rozamiento. Hodges (3) también supone que estos troncos de transporte pueden ser palancas y, de hecho, es en donde se inspira para diseñar las palancas que emplea para elevar y trasladar bloques de piedra al aplicar su método de transporte.

El proceso de colocación de un bloque de piedra que hemos descrito lo hemos llevado a cabo, con éxito, en una de las pruebas de campo que hemos realizado. El bloque de piedra utilizado tenía una masa de 618 kg y fue colocado contra una pared de forma que quedó completamente pegado a ella pegado a ella. Una vez acercado suficientemente el bloque de piedra a la pared, desmontamos el armazón, dejando el bloque apoyado sobre las bolas. Entonces, procedimos a mover el bloque sobre las bolas para aproximarlo a la pared. Cuando estuvo pegado a ella, hicimos uso de unas palancas para levantar el bloque lo suficiente para sacar las bolas que había debajo. Las bolas las sacamos haciendo uso de nuestra «reliquia de Dixon». Una vez extraídas las bolas, dejamos caer el bloque haciendo uso de las palancas para ajustarlo a la pared tanto como fuera posible. Como puede comprobarse en el Vídeo 1, el bloque quedó perfectamente colocado en el primer intento. No hizo falta reajustar su posición.
A tenor de los resultados positivos de nuestras pruebas, nos atrevemos a afirmar que las llamadas reliquias de Dixon no son más que los restos de una herramienta que era empleada para controlar el movimiento de las bolas o para sacar las bolas de debajo de los bloques, cuando fuera necesario. Compartimos la opinión de Charles Piazzi Smith de que eran simples herramientas arrojadas al interior de los conductos por los trabajadores que construyeron las pirámides.
Es muy importante señalar que, en el artículo de 1872 de la revista Nature (4), Chisholm narra que, cuando la bola fue encontrada, sobre su superficie había varias manchas blancas de cal o yeso. Las bolas pudieron haberse manchado al ser extraídas de debajo del bloque de piedra y rodar sobre la lechada sobre la que debía caer el bloque, tal y como nosotros proponemos.

 

Bibliografía:

1. Clarke, S.; Engelbach, R. (1930) Ancient Egypt Masonry – the Building Craft, Oxford University Press, Oxford.

2. Newberry, P. E. El Bershe, part I. The tomb of Tehuti-Hetep by Percy E. Newberry with plan and measurements of the tomb by G. Willoughby Fraser, F.S.A., with thirty-four plates, Special Publication of the Egypt Exploration Fund, London.

3. Hodges, P. (1989) How the pyramids were built, ed. J. Keable, Aris & Phillips Ltd., Warminster.

4. Chisholm, H. W. (1872) Recent discoveries in the Great Pyramid of Egypt—Ancient Egypt weight, Nature, dec. 26, 1872.






 
 
 
 
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